sábado, marzo 21, 2009

Otto e mezzo

sábado, marzo 21, 2009

Fellini, 8 1/2 (1963) me ha sonsacado más sonrisas que varias comedias juntas. Así de sencillo, por obra y arte de la sinceridad. El buen Calamaro diría tal vez "honestidad brutal", mientras yo me pregunto por qué razón, motivo, o circunstancia, es que esa cualidad divierte tanto y hace que las cosas más terribles de decir, parezcan de pronto naturales y, consecuentemente, menos graves de lo parecen.

Pienso, por contrapropuesta, en las teleseries chilenas que son, a mi entender, una sarta de idioteces coloridas. Al menos las que han aparecido en estos últimos años. Allí, los dramas que pretenden emular la realidad no pasan de ser tibios remedos, fantasiosos, de lo que a alguien podría ocurrirle... en Júpiter. No son verosímiles pero se jactan de tocar temas "contingentes": la homosexualidad, las separaciones de pareja, los embarazos para retener al novio que se ha enamorado de otra (?), el éxito económico (?), etcétera.

Hay gente que me dice: pero Ange, si son sólo comedias. Ya. Comedias. Comedias donde cada capítulo alguien llora por amor (dizque) y luego va y por desengaño (dizque) le pone los cuernos al amor de su vida (dizque) y luego se arrepiente (dizque) y (adivinen) ...vuelve a llorar por amor . Cabe preguntarse por qué la gente no se atora de la risa con tanta hilaridad, por qué hay peleas en los hogares chilenos, si bastaría con encender la tele a la hora 20 de cualquier día de la semana, y ya. Asunto solucionado.

Entonces, hoy, me siento a ver esta película de 1963 y me río con ganas. Porque sí, es verosímil. Las crisis son verosímiles, los engaños, las reconciliaciones que nadie alcanza a comprender totalmente, los nacimientos de una galaxia llamada inspiración: el hilo que conduce una idea tras otra, a veces tercamente, hasta su desenlace placentero. Todo eso es verosímil; y sobretodo las facciones del Mastroiani cuando se siente la mierda más mierda del mundo por no poder decir la verdad de lo que siente, empezando por decirse a sí mismo: ni siquiera sé lo que siento.

Da risa porque el mismo personaje se ríe de su pobreza interior, de su falta de autenticidad. Y es entonces cuando comienza a ser auténtico, genuino de veras. La risa es por verguenza y por reconocimiento. Es una forma de decirse "qué mierda que soy a veces... ¡y no me doy cuenta!". Da risa porque uno, si es lo suficientemente honesto o lo suficientemente brutal (a lo Calamaro), inevitablemente dice "sí, joder, es que así somos los seres humanos". La cosa, como dije al principio, es dolorosa pero queda, como por arte de magia, universalizada: es natural y es mejor reconocer que somos así.

Lógico, el paso siguiente al reconocimiento de la propia pendejería, es la risa y no (ojo), la tragedia.

Eso es verdaderamente terapéutico y da posibilidades de cambio. No la farsa, ni la gazmoñería, ni mucho menos el drama indigerible de la culpa.

He dicho.

2 comentario/s:

Anónimo dijo...

Comentario con interrupciones:

Tal vez, mi sureña del alma, hace falta inteligencia, cultura y buen gusto hasta para hacer reír con tragedias "verosímiles"; para colocarnos el espejito frente a los ojos y reconocernos -las más de las veces- como unos "peluches" (término que uso en lugar del manido "pendejo"). Y Fellini tenía todas esas ¿virtudes? ¿defectos? No sé. Yo, ni héroe soy, por lo tanto...

Y sí, da risa lo que dices de las fulanas "teleseries" en tu terruño. Bueno, creo que más que pedirle peras al olmo, colocas el listón demasiado alto... niña, piense que esa gente hace lo que puede, en el sentido más amable de la expresión. Yo he visto, por ejemplo, algunas cositas del nuevo cine chileno y no son despreciables, así como una serie que daban muy tarde en la noche, que trataba de un grupo de amigas y sus avatares amorosos (y sexuales) en el mejor y más puro estilo de The Sex and the City. Ajá. ¿Qué hay de malo en eso? Nada, si tomamos en cuenta que se trata de ficción, señores, entertaiment. Ahora, que venga alguna que otra damisela y se tome esa vaina que ve por tele, como paradigmas a seguir, pues...

Y te ahorro los detalles de la televisión en mi país, para que no te vayas en vómito. ¡La tierra de la teleculebra!

C D Cen-t.

Anónimo dijo...

Lo dicho dicho esta! Y muy bien dicho de paso.

Saludos Angelica.

 
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