domingo, marzo 29, 2009

Onírica

domingo, marzo 29, 2009
Hace poco más de un mes que me he dado a la labor de escribir mis sueños. Una de las razones tuvo que ver con la abundancia de ellos y la cantidad de detalles y sucesos que podía recordar. También, contándolos, me di cuenta que buena parte era bastante más largos que el promedio. Verdaderas "historias", como me han dicho.

Todo eso, me convenció de abrir el blog de sueños que ya conocen. Y desde que existe, mis sueños se hicieron aún más reales, más vívidos. Me encanta cuando puedo "desdoblarme" y ver lo que estoy haciendo, o cuando los sueños son en blanco y negro, o cuando suceden cosas increíbles, maravillosas. Me encanta cuando aparecen situaciones cómicas, o cuando algo de mi vida se resuelve en ellos. Más de una idea ha venido de ese mundo, y eso me parece muy valioso.

Pero. Sí, siempre hay un pero. Desde que comencé a trabajar en Rancagua, no es lo mismo ni es igual. Las primeras dos semanas, incluso soñé con cosas del trabajo, preocupada como estaba por agarrarle el vuelo, como decimos en Chile. Además, la frecuencia se hizo menor, sobretodo porque hay noches en que estoy tan cansada, que al día siguiente no recuerdo nada. Y también porque, si no los cuento (o al menos, me-los-cuento), los pierdo de mi memoria.

Resolví, la semana pasada, hacer pequeñas notas en mi agenda, con palabras claves. Por ejemplo, el sueño donde jugaba en una mesa larguísima, tenía, a modo de tags: MESA-SEÑORAS-CROUPIER-ANDREA-PREGUNTA-MUDO.

Así, resumí el sueño donde jugábamos a Preguntas&Respuestas; mi hermana daba una respuesta sobre nosotras, y luego el sueño perdía el audio. Pude retener, al menos las ideas principales, de esa manera.

1 comentario/s:

Anónimo dijo...

Qué simpático recurso memotécnico!!

Y nada, yo a veces me acuerdo un poquito de los sueños; otras veces no.

Bacci.

 
es bello / es bueno © 2008. Design by Pocket