viernes, mayo 01, 2009

Griposa

viernes, mayo 01, 2009
Como pollito (enjaulado) y con litros de té (hierbas varias, miel, limón); incluido el paracetamol cada ocho horas.

Hice un almuerzo rápido y ligerito y renové mi jarra de té. Me quedé tres horas mirando al limbo desde el comedor y luego otra hora durmiendo. Pensé que podría leer, pero no.

Uno a veces desea estar enfermo para dormir las horas que los días no regalan, o para leer los libros que llevan años en la lista de pendientes. Estúpida fantasía, porque es que hay que saber estar enfermo, y yo no sé. Quiero tener el mismo ánimo de siempre y resulta que la cosa sólo da para dormir y sonarse la nariz como posesa.

El espejo me devuelve los ojos vidriosos e hinchados, y el aspecto de un Rudolph cualquiera. Más encima, la gente que me ha hablado por teléfono tiene el poco tino de hacer chiste: "¿no te habrás pegado la influenza porcina por ahí?, entre tanto paseo por el hospital... jaja!?".

Imagínate. Primer caso en el país. Claro, yo daría una entrevista con todo y frasecita para los medios: ¿y la vacuna cuándo por estos lados? ¡Soy muy joven para morir! (llanto incluido).

Y así con mayo.

1 comentario/s:

Anónimo dijo...

Nada de bello (o bueno) tienen las gripes a mi modo de ver; pero bueno, pollito enjaulado, bonito, constipado y con tantas ganas de cuidados y mimos seguramente... ya irán pasando los síntomas más molestos del malestar. Aparte de que dudo mucho que la influenza porcina se eche semejante caminata hasta el Sur.

A cuidarse entonces, y todos los abrazos del mundo.

 
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