Eso. Simplemente caminar por Santiago cuando el sol se ha ido. Caminar cuando la lluvia ha dejado a su paso un aire gélido, sí, pero también un aire puro, como pocas veces se puede apreciar en esta ciudad.
Mi vecina (M.) y yo dimos un paseo bien conversado que culminó en el descubrimiento de un pequeño local especializado en tés y cafés. Tenían más de cien variedades, con todas las esencias y aromas que se pudiese requerir. Nosotras olimos y degustamos, aprovechando la ocasión. Fascinante.
Mi vecina (M.) y yo dimos un paseo bien conversado que culminó en el descubrimiento de un pequeño local especializado en tés y cafés. Tenían más de cien variedades, con todas las esencias y aromas que se pudiese requerir. Nosotras olimos y degustamos, aprovechando la ocasión. Fascinante.
4 comentario/s:
Me gusta mucho el tono de esta pequeña nota/anécdota. En la sencillez es que se consigue lo mejor de las vidas.
Saludos!!!
¿Me recompensará alguna vez la vida, dejando que conozca ese mundo tan ajeno, tan lejano?
Ojalá...
el mejor final para una noche mágica.. eso fue lo que dije.. jeje!
Que caminata tan buena...Me hace recordar una amiga de la universidad que tenia un café en un pueblito precioso a las afueras de la ciudad. Caminar, deshandar, hace falta tanto para el cuerpo como para el alma.
Publicar un comentario